La microbiota y los alimentos orgánicos
Por Food For Life
Un alimento orgánico se considera aquel que se produce libre de pesticidas, hormonas, antibióticos, que no haya sido genéticamente modificado y en el caso de los animales, que haya crecido a libre pastoreo y que el 100% de su alimentación haya sido orgánica certificada durante toda su vida.
Es importante que los productos que consumamos sean obtenidos de manera orgánica, especialmente todas las frutas y verduras ya que las plantas no tienen un sistema de desintoxicación como los animales y los humanos, y todo lo que se les rocía permanece en ellas.
A partir de la Segunda Guerra Mundial y el advenimiento de la agricultura química y el procesamiento de alimentos, los suelos y los alimentos de gran parte del mundo se han visto mermados de muchos minerales y nutrientes importantes.
Los alimentos provenientes de la agricultura y ganadería convencional no sólo son deficientes en nutrientes, sino que además suelen ser genéticamente modificados para resistir las inclemencias del medio ambiente y están llenos de contaminantes, fertilizantes químicos y hormonas.
La ingesta de estos fertilizantes químicos y hormonas que se utilizan en la agricultura convencional actual tienen consecuencias negativas en el organismo.
El microbioma es el término utilizado para denominar a la totalidad de las bacterias que habitan nuestro organismo, así como la información de sus genes. Éstas son por lo menos 10 veces más numerosas que las células que hay en nuestro organismo, tienen su propio ADN y son ellas quienes nos gobiernan. Estas bacterias necesitan alimento y funcionan de manera independiente al resto de nuestro cuerpo.
La composición de nuestra población bacteriana depende mucho de la forma en la que nacemos, de nuestra alimentación y estilo de vida. Nuestra salud está regulada en parte, por nuestro microbioma.
Se conoce como microbiota a la población específica de bacterias de una zona en particular. Se le llama microbiota intestinal (flora intestinal o probióticos) a las bacterias que se encuentran en todo el tracto gastrointestinal. El 93.5% de nuestra microbiota intestinal pertenece a las familias de Proteobacterias, Firmicutes, Actinobacterias y Bacteroidetes en diferentes proporciones. La microbiota intestinal permanece relativamente estable a lo largo de nuestra vida, con ciertos cambios observados en la infancia y en la vejez.
Una microbiota sana juega un papel muy importante en la digestión, la salud del intestino y del cerebro, así como en toda la salud en general. Ésta es el primer contacto con el exterior y actúa como barrera protectora contra microorganismos y toxinas que llegan al intestino.
Si se pierde la estabilidad de la cantidad y tipo de bacterias beneficiosas, se produce disbiosis, lo que puede llevar a problemas que van desde inflamación hasta enfermedades crónico-degenerativas (como tumores y alteraciones neurológicas).
En el intestino, la microbiota es la primera línea que se enfrenta con los pesticidas y es donde se metabolizan inicialmente los químicos que ingerimos.
Debido a esto, los pesticidas pueden interferir y afectar la actividad normal de la microbiota y el balance entre sus bacterias, así como alterar las vellosidades intestinales y provocar permeabilidad intestinal.
Por todo esto es importante consumir productos orgánicos en la medida de lo posible.
Bibliografía:
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Instituto Food for Life, Monica Strauss, 2022
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